El ciudadano, en el centro de las smart cities

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El objetivo de una smart city es hacer que las personas vivan mejor, que siga habiendo crecimiento económico y que las ciudades sean más sostenibles.

El ciudadano, en el centro de las smart cities

 “El objetivo de una smart city no es tecnológico; su finalidad es hacer que las personas vivan mejor, que siga habiendo crecimiento económico y que tengamos ciudades más sostenibles”. Así lo afirmó Josep-Ramon Ferrer, director de Doxa Innova & Smart y antiguo responsable del proyecto Smart City en el Ayuntamiento de Barcelona, en la conferencia “Adaptarse a la Innovación: Professionales y Smart Cities”, enmarcada en el ciclo conferencias sobre tendencias empresariales organizado como parte de las actividades de celebración de los 20 años del campus catalán de Toulouse Business School.

Varias fueron las ideas claves en torno a las smart cities que confirman el protagonismo de los ciudadanos en la propuesta. La primera es que la apuesta "no va solo de implementar tecnología en las ciudades”, sino que supone “una oportunidad de transformación desde todos los puntos de vista". En el caso de Barcelona, según Ferrer, esta transformación significaría un centro donde “no se necesite correr” y un área metropolitana sostenible medioambientalmente y superconectada. El directivo, además, puso énfasis en la necesidad de que este tipo de proyectos sean “abiertos, inclusivos y participativos para los ciudadanos, quienes cada vez quieren intervenir más si se les dan las facilidades y las herramientas apropiadas”.

Beneficios reales de los proyectos smart

“Los países con índices de robotización más alto tienen las ratios de desempleo más bajos, porque hay industria, trabajo, progreso”, afirmó Ignasi Villalobos. El ingeniero en informática, inmerso en negocios digitales, defendió en su ponencia que en un futuro ‘smart’, la ciudadanía deberá abrazar sin miedo la innovación en forma de avances tecnológicos e inteligencia artificial.

Didier Grimaldi, coautor de diversos estudios para verificar la eficacia de proyectos inteligentes, presentó los resultados inéditos de un experimento llevado a cabo en Niza (Francia) para mejorar el uso del transporte privado en la ciudad. “El proyecto consistió en situar sensores en el suelo de las plazas de aparcamiento para informar a los conductores a través del móvil si estas estaban libres o no”, explicó. Tras el lanzamiento se analizaron los resultados y se comprobó que en el área donde estaban ubicados los sensores se redujeron los accidentes de tráfico en un 10%, disminuyó la polución en un 12% y se incrementó la rotación de los parkings en un 24%. En palabras de Grimaldi, “esto demuestra claramente que esta iniciativa aportó un beneficio social y económico a la ciudad”.

Jaume Batlle, de Doxa Innova & Smart, analizó el papel de los ‘smart buildings’ en la ciudad inteligente, y en concreto, de los ‘smart hospitals’. “Los gestores de los hospitales tienen que evolucionar en tres aspectos: hacer que las instalaciones sean más eficientes, contar con un personal conectado para que sea más eficaz e impulsar la gestión integral del paciente”. Todo ello se consigue con la ayuda de la tecnología, que permite recoger información de los dispositivos para analizarla posteriormente; aunque, tal y como apuntó el directivo, “para innovar no siempre es necesaria la tecnología, ni hacer grandes desembolsos económicos”.

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