M-H en Alemania: la caída de los pedidos se detiene, por el momento
Las últimas cifras de marzo ofrecidas por la VDW muestran un freno en la tendencia a la baja de los pedidos.

Los pedidos recibidos por la industria alemana de máquina-herramienta en el primer trimestre de 2023 fueron un 11% inferiores en términos nominales a los del mismo periodo del año anterior. Los pedidos procedentes de Alemania disminuyeron un 18%, mientras que los procedentes del extranjero cayeron un 8%. En conjunto, esto representa un descenso del 17% en términos reales.
"Sin embargo, teniendo en cuenta las numerosas cargas financieras -como la crisis energética, la elevada inflación, el aumento de los tipos de interés y la debilidad general de la economía- es alentador observar que las últimas cifras de marzo muestran un freno en la tendencia a la baja de los pedidos", afirma el Dr. Wilfried Schäfer, director ejecutivo de la VDW (Asociación Alemana de Constructores de Máquinas-Herramienta), con sede en Frankfurt, al comentar los resultados. Los pedidos procedentes del extranjero están siendo mucho más estables que los del mercado nacional. El impulso procede sobre todo de los países no pertenecientes a la zona euro, donde los pedidos a gran escala desempeñan un papel importante.
"En general, estamos asistiendo a una disminución de las dificultades a las que ha tenido que hacer frente nuestra industria", explica Schäfer. China ha puesto fin a su política de cero Covid. Las tensiones en la cadena de suministro empiezan a aliviarse. Esto está permitiendo que sectores de clientes clave, como la industria automovilística, vuelvan a producir más. Este sector había sufrido sobre todo la falta de microchips. Como resultado, las ventas volvieron a repuntar en el primer trimestre. El aumento del 20%, o del 11% en términos reales, refleja los factores positivos.
Independientemente de la coyuntura económica actual, hay numerosos acontecimientos que están provocando un aumento de los niveles de inversión: la tendencia actual hacia la automatización, la creciente digitalización, el auge de la electromovilidad, el aumento de la capacidad en la tríada de infraestructuras críticas (por ejemplo, chips, baterías), la amplia inversión en protección del clima (por ejemplo, bombas de calor), la expansión de las fuentes de energía renovables y el aumento del gasto en defensa.
"Esperamos que los pedidos se estabilicen en la segunda mitad del año", afirma Schäfer. Una gran ventaja en estos momentos es la considerable cartera de pedidos, que se extiende casi doce meses. Según las últimas previsiones, esto permitirá que la producción crezca en 2023 lo mismo que en el año anterior, es decir, un 10% más, hasta los 15.500 millones de euros.