La empresa familiar confirma el relevo de su presidenta con la armonia habitual: sus hijos se ponen al frente del negocio manteniendo el espíritu con el que nació la firma.
Renate Pilz, presidenta de la empresa alemana Pilz, especializada en soluciones de automatización, ha anunciado que renunciará a fines de 2017 y que confiaría la gestión de la empresa familiar a sus hijos, Susanne Kunschert y Thomas Pilz. Tal y como explica la compañía en un comunicado, "la visión de hacer más seguras las máquinas en todo el mundo nació de su mente". Un claro ejemplo de ello es el desarrollo del primer sistema programable de seguridad, "con el que Pilz optó por un camino innovador y valiente que ha escrito una página en la historia de la industria". La transmisión se produce cuando los ingresos generados en el último ejercicio 2016 superaron por primera vez los 300 millones de euros, alcanzando los 306 millones de euros correspondientes a un aumento del 6,2% en comparación con 2015.
La estrategia de la compañía se caracteriza por un alto nivel de inversión en I+D. El importe destinado a innovación representa casi el 20% de la facturación en 2016, especialmente en el contexto de la ampliación de la oficina central en Ostfildern, cerca de Stuttgart, para dar cabida a 330 ingenieros que desarrollarán nuevas tecnologías en el campo de la automatización. En línea con esta apuesta, y con más del 71% de las ventas generadas por las exportaciones, Pilz sigue una política de ampliación de su red de distribución y servicios, que el año pasado se consolidó con la apertura de la 40ª filial de la firma.
