Hay modas que tienen mucho futuro

Fecha de publicación
Cateogría del artículo Opinion
Visualizaciones del artículo Leído  1771  veces
Tags del artículo

¿Han entrado ya en el ChatGPT? Yo justo hoy no lo he conseguido porque me dice que está colapsado. Total, que esperaba que me escribiera esta columna y no tengo más remedio que hacerlo yo.

Hay modas que tienen mucho futuro

Vivimos tiempos en los que en la tecnología también rigen las modas. Ahora la estrella es la inteligencia artificial (IA). Antes fueron la Industria 4.0, el Cloud Computing (esa poética propuesta de trabajar en la nube) o el prometedor Digital Twin, por citar algunas.

Todo son soluciones en las que la informática y comunicaciones industriales aportan mayores niveles de optimización tanto a la automatización de los procesos como a la propia gestión de las empresas industriales.

De todos modos, en la industria, una cosa es lo que se habla y otra lo que se hace.

En la historia de la automatización industrial siempre ha existido una brecha de tiempo entre cuando se presenta una nueva solución y cuando esta es adoptada masivamente. En el mundo de la producción se tiende a ser conservador y poco proclive a seguir modas si no han sido antes muy probadas con éxito. Así ha sido y es de suponer que así será con las posibles y múltiples aplicaciones que puede aportar la llamada inteligencia artificial.

Podemos jugar con el recién llegado ChatGPT, al que no tardará en salir alguna competencia como puede deducirse de la batalla dialéctica desencadenada entre Google y Microsoft. Otra cosa es aplicar en nuestras plantas industriales sin demasiadas referencias soluciones basadas en IA. 

Se han dicho y escrito tantas cosas sobre la citada IA que quizás pueda llevar a una cierta confusión. Unos hablan de robótica o visión artificial mientras otros se extienden sobre las redes neuronales. Por otra parte, el lenguaje que se utiliza acostumbra a ser el aplicado a los humanos, lo que en lugar de aclarar quizás confunda.

Como me comentaba un profesor de IA, la materia prima de la inteligencia artificial son los datos, muchos datos, después vienen los algoritmos que los gestionan y a partir de ellos nos ofrecen las posibles soluciones. Pues bien, a aportar datos a la máquina le han dado en llamar “entrenar la máquina”, como si esta fuera un deportista. 

Todo ello me lleva a preguntarme si no habrá más de un ejecutivo en la industria que no acabe de estar seguro de lo que pueden aportarle soluciones de IA para incrementar la productividad de sus procesos industriales y la rentabilidad de su gestión empresarial. La inteligencia artificial casi se ha convertido en un tópico para cualquier aplicación de tecnología punta, oscureciendo entonces su verdadera definición y propósito. Esto explicaría que, según múltiples informaciones, las tasas de adopción de aplicaciones de inteligencia artificial en empresas industriales sean aún muy bajas.

Y, sin embargo, hay funciones que abren muchas expectativas. Me refiero a la Machine Learning y Deep Learning, que no son otra cosa que conseguir que la máquina sea capaz de "aprender" por sí misma a resolver una determinada tarea sin que haya sido programada para ello de forma explícita. En el primer caso usando algoritmos para recabar datos, aprender de ellos y luego ser capaces de hacer una predicción o sugerencia, y en el caso de Deep Learning, lo hace a partir de los ejemplos que se le han proporcionado inicialmente llegando a extraer patrones a partir de datos en bruto. 

Resulta fácil imaginar las posibilidades que estas técnicas de autoaprendizaje ofrecen. Aquí están, por ejemplo, los problemas del pasado año derivados de las roturas de las cadenas de suministro de componentes y materias primas y que en algunos casos aún persisten. Los enfoques de optimización de la producción tradicionales no son capaces en esta situación de gestionar la incertidumbre y la fluctuación de la oferta o la demanda. A través de su capacidad para considerar una gran multitud de variables e identificar la solución óptima, la inteligencia artificial puede jugar un papel importante en la gestión de dicha incertidumbre.

Decía al principio que la inteligencia artificial está de moda; ello no significa, ni mucho menos, que sea una banalidad temporal a pesar de que no puedo dejar de recordar sus etapas de éxito y otras casi de olvido que ha vivido desde que en 1956 John McCarthy acuñó el término. No es arriesgado afirmar que en esta ocasión la IA ha venido para quedarse como una solución más en multitud de actividades y por supuesto en el de la automatización de procesos y gestión empresarial.

Descargas