Hombres de la industria: también es cosa vuestra
Que los hombres de la industria asuman la parte que les toca es imprescindible para consolidar el papel de la mujer en el sector productivo. Como todo en la industria, es una cuestión de eficiencia.

Planta de Seat en Martorell (Barcelona)
Llega el 8M y la bandeja de entrada del correo electrónico no puede procesar tanto mail ni mi cabeza tantas cifras. Llega otro Día Internacional de la Mujer Trabajadora (8M) y sigo leyendo, como si de un Día de la Marmota se tratase que la brecha de género que persiste en la formación técnica –profesional y superior– y en las posiciones operativas y directivas de la industria. Lamentablemente, no me extraña.
Cuando escucho hablar a Laura Tremosa de nuestro consejo editorial, ingeniera pionera y activista activa de los derechos de las mujeres –digo activa porque siempre ha sido de las de pisar la calle, una generación diferente a la del activismo actual a golpe de tweet desde el sofá– me parece que no hemos avanzado tanto, más bien casi nada en lo que se refiere al ugar de la mujer en la industria.
Sigo viendo a mucha directora de marketing, de comunicación o de administración y pocas jefas de planta, de mantenimiento o CEOs de empresas productivas. Las hay y destacan, y por lo mismo me preocupa: preferiría que no fueran tan pocas y que no destacaran tanto siempre las mismas. Sería mejor que también hubiese muchas de las del montón. Que ya no fuese noticia que hay mujeres que lideran o participan en el día a día de la industria.
Desde diversos estamentos piden "políticas" para resolver la brecha. Creo en la discriminación positiva para corregir aquello que por si solo no acaba de regularse, pero también creo que sin una actitud activa por parte de los hombres de la industria para corregir la brecha, estamos vendidas. Que los hombres de la industria asuman la parte que les toca es imprescindible para cambiar las cosas.
Que motiven y den visibilidad sobre el día a día de su trabajo o las posibilidades de una carrera técnica a hijos e hijas por igual
Que asuman su rol en las tareas domésticas no como ayuda, sino como responsabilidad 100% compartida
Que se relacionen con compañeros y compañeras como lo que son, profesionales ellos y profesionales ellas
Que les preocupe no contar con equipos igualitarios, ya sea a nivel de operación como de gestión y dirección, y actúen
Que reconozcan la inequidad y se revelen contra los privilegios asociados al género en sus entornos laborales (brecha salarial, promociones, permisos de paternidad...)
El empoderamiento femenino en la industria seguirá siendo de las mujeres. De eso no hay duda. Sin embargo, sin el trabajo de ellos será un camino largo, lento y tedioso. Como todo en la industria, es una cuestión de eficiencia. O nos ponemos todos, o el 8M de 2023 tendré, como cada año, la bandeja de entrada a reventar de mails que solo traen malas noticias para la industria.