Seguridad de los equipos eléctricos de las máquinas: novedades tras la actualización de la norma europea
Román Cazorla de EATON repasa las principales novedades tras la actualización de la norma europea EN 60204-1 de seguridad en máquinas

Hoy en día, garantizar la seguridad de sus instalaciones y de las personas que trabajan en ellas es una de las prioridades de cualquier empresa. Y la mejor manera de lograrlo es, sin duda, conocer y cumplir con todas aquellas normativas diseñadas para minimizar todo tipo de riesgos.
En el ámbito de la seguridad eléctrica de las máquinas el pasado mes de septiembre entraba en vigor la edición de 2019 de la norma EN 60204-1, que adopta la norma internacional IEC 60204-1:2016 a nivel europeo, y que sustituye las anteriores actualizaciones. Se trata del reglamento armonizado designado para el equipamiento eléctrico de las máquinas, y se aplica a todos los dispositivos y sistemas eléctricos y electrónicos para máquinas, incluidos los grupos de máquinas que funcionan de forma coordinada.
La norma EN 60204-1, ya vigente, contiene las especificaciones técnicas necesarias que deben tener estos productos o aparatos para cumplir con los requisitos esenciales de salud y seguridad establecidos en la Directiva de Baja Tensión (2014/35/UE) y la Directiva de Maquinas (2006/42/CE). Dichos requisitos son necesarios para obtener el marcado CE, condición indispensable para cualquier empresa que quiera comercializar sus productos en la Unión Europea.
Aspectos revisados en la nueva normativa
A pesar de que la nueva normativa no implica cambios dramáticos para el sector, sí hay una serie de aspectos que deben tener en cuenta tanto fabricantes de maquinaria como integradores de sistemas en los que me gustaría detenerme.
En primer lugar, podríamos decir que no existen modificaciones significativas en cuanto a los requisitos generales (capítulo 4), si bien se han añadido referencias a la norma IEC 61439 y al Anexo F en los cuadros eléctricos. Por otro lado, se enumeran de forma más exhaustiva las medidas más importantes y las mejores prácticas para el cumplimiento de los requisitos de compatibilidad electromagnética (EMC) y se incluyen especificaciones relativas a vibraciones, golpes, impactos o altitud operativa en la sección de condiciones ambientales.
Me gustaría destacar entre las principales novedades de esta normativa la inclusión, en el capítulo 5, de los dispositivos que interrumpen el suministro de alimentación para evitar arranques imprevistos: terminales de los conductores de suministro y dispositivos de desconexión.
En cuanto a la protección de equipos, a la que se dedica el capítulo 7, el cambio más significativo se refiere a la intensidad asignada de cortocircuito condicional, que ahora debe especificarse para la totalidad de los equipos eléctricos, si bien la norma no especifica ningún procedimiento concreto, sino que permite la aplicación de reglas de diseño y también de cálculos u homologaciones.
Otro de los capítulos que considero importantes, por su impacto en el sector, es el número 10, centrado en la interfaz de operador y dispositivos de control montados en la máquina. Aquí la principal novedad reside en la diferenciación entre parada de emergencia y desconexión de emergencia en los dispositivos de desconexión de la alimentación. El texto establece que se requiere una parada de emergencia cuando existen riesgos mecánicos, mientras que los dispositivos de desconexión de emergencia son obligatorios solo si se ha identificado un riesgo eléctrico e interrumpen la tensión.
La ubicación de cuadros eléctricos, montaje y envolventes es otro de los aspectos que revisa la nueva normativa. Así, el capítulo 11 indica las especificaciones relativas a los efectos de calentamiento y establece la necesidad de calcular el calentamiento y elaborar un equilibrio térmico para prevenir el sobrecalentamiento del armario y de los elementos que lo componen. Igualmente, se produce una modificación en la protección contra corrientes residuales para tomas de hasta 20 A, como indica el capítulo 15.1, que especifica que los RCD deben tener una intensidad diferencial asignada IΔn ≤ 30 mA.
También son especialmente relevantes las novedades en cuanto a los requisitos de documentación técnica, incluidos en el capítulo 17, puesto que, de ahora en adelante, solo se requieren aquellos documentos absolutamente necesarios, los que cubren el ciclo de vida completo de la máquina.
Y, por último, me gustaría detenerme en el capítulo 18 de la normativa, que aborda la prueba de sistemas de control de potencia (PDS). Como novedad, incluye especificaciones para la realización de pruebas en sistemas de control de potencia, entre las que se encuentra el requisito de verificación de la desconexión automática de la alimentación en caso de defecto, incluso si se instala en el circuito un convertidor de frecuencia o un servomecanismo.
En definitiva, podríamos afirmar que, a pesar de que se han revisado bastantes secciones del contenido y se han incluido referencias a otras normas, los requisitos revisados no son demasiado exigentes y los cambios que deben implementar los fabricantes de máquinas y los integradores de sistemas son bastante asumibles. En este sentido, no podemos olvidar, como decía al inicio, que la única forma de garantizar la seguridad es elegir aquellos productos que cumplan la normativa, en este caso, la última versión de la norma EN 60204-1.
Román Cazorla, responsable del segmento MOEM de Eaton Iberia.